Es tiempo de darnos un descanso. Un descanso de nuestros temores. Un descanso de lo que no nos deja crecer. Es tiempo de intentar. Intentar cambiar y hacerlo de corazón. Dejar atrás nuestras actitudes y hábito tóxicos, nuestras relaciones enfermizas, y todo aquello que nos mantiene encadenados a ese punto que deseamos abandonar, pero del que nos cuesta tanto salir.